Per Toni Castarnado, coordinador del cicle Elles canten, elles parlen
El 8 de marzo de 2018 sucedió algo inaudito hasta entonces, un movimiento con fondo y forma calaba en una sociedad con ganas de cambios. De manera unánime, el feminismo tomó la voz y se apoderó de un discurso propio y profundo. Llegó la hora de tomar decisiones, de posicionarse, de rebelarse ante lo injusto de una situación enquistada y con demasiadas divisiones. Esta, al del nuevo feminismo, no fue una revolución pensada ni vertebrada de un día para otro, había muchos años de trabajo detrás, de creencia en lo que se hacía; la irrupción de mujeres con un propósito visible, factible. Los medios de comunicación, la fuerza de la calle con sus correspondientes manifestaciones lograban que ese altavoz llegase a todo aquel con un mínimo de sentido común y cierta sensibilidad con este asunto de suma importancia. Y con ese esquema, con una hoja de ruta definida, todos se conjuraron, y no sólo mujeres, también un buen número de hombres. Ya que esto es cosa de todos, nos incumbe a la mayoría, o al menos a los que piensan fehacientemente en la justicia de las cosas. Poco a poco se han ido dando pasos, por fin se avanza en la dirección correcta, aunque todavía quede un trabajo de concienciación colectiva para ver unos resultados claros.
Ante este panorama, las artes, la educación, la creación, no se quedan al margen. Cineastas, fotógrafos, ilustradores y, también los músicos, tienen mucho que aportar, mucho que decir. Ahora ya no es extravagante ver a una chica con una guitarra colgada al cuello, o bien tocando el piano, la batería. Se ha normalizado algo que es lógico y coherente. Como una suma en que dos más son cuatro. Por esa razón, y con el precedente de dos libros escritos por mi parte en los que relacionaba a mujer y música recomendando discos fundamentales, tocaba dar voz a sus protagonistas.Recuperaría entrevistas de las que había hecho durante veinte años y añadiría otro buen número de encuentros exclusivos para Ellas cantan, Ellas hablan.
Con lo cual, y como otra muestra en paralelo, hemos ideado un ciclo en el que diez mujeres del ámbito de la música hablen y además canten. Y lo harán en un entorno privilegiado y abierto a todo el mundo: las bibliotecas. Sonará música y hablarán conmigo, también con todo el que se acerque y quiera participar. No se trata únicamente de debatir, son sobre todo encuentros para compartir experiencias, que esas mujeres nos cuenten anécdotas, que nos relaten sus dificultades para llegar hasta aquí y la satisfacción ante cada reto, ante cada meta conseguida.
Tendremos a Myriam Swanson y su particular visión sobre el underground desde el prisma del rock, del punk, música combativa, como ella, una guerrera infatigable. Otra que goza de esa etiqueta es Tori Sparks, desde Chicago pero con alma de catalana, combina la música propia con la adoptada, folk y rock coinciden con el flamenco en ese curioso cruce de caminos. Cathy Claret también apuesta por la mezcla, ella mete en su coctelera a las ye-yés francesas, a la comunidad gitana que la abrazó cuando más lo necesita y a los japoneses que la adoran como a una estrella. En cambio, Sabina Witt camina con paso firme e investiga todo lo que puede y más, se involucra en la obra de compositores casi anónimos, se mete a la poesía en el bolsillo y esto lo convierte en música delicada, atrevida, sin fecha ni límites. En cuanto a Edurne Vega su esencia está en la protesta, en el inconformismo, pero eso sí, con su sonrisa intacta y siendo consciente que para avanzar hay que usar bien la cabeza. Ese discurso lo transforma en canciones que desprenden rigor, optimismo y buenas dosis de realismo. Por otro lado, Sol Escobar ya sabe lo que es tocar el cielo en lo artístico para toparse después con una nueva vida que la lleva a explorar otros terrenos. Ella fue una estrella pop precoz en Colombia, ahora su lema es este: “en mi tiempo libre soy cantante y cuando me ocupo, equilibrista”. La que es, sin duda, un alma libre y sin ataduras es Mariona Aupí, su música es magia en estado puro, compone canciones que no se evaporan fácilmente y perduran en el tiempo. En Le Monde hay un buen catalogo. Y entre lo retro y lo moderno, sin etiquetas claras ni prisas por volar alto está la singular Marta Knight. Su caso no lleva al engaño: conseguirá lo que se proponga. Cualidades las tiene, la suya es una buena causa. Como la de Eva Fernández, una chica que nunca deja de aprender y soñar. Se pregunta cosas a todas horas y eso le hace crecer. Se ha mecido entre las notas del jazz para recorrer a su manera un camino que la tendría que llevar lejos. Su película merece un buen final en el que todos sonríen y se felicitan por el trabajo bien hecho. Finalmente, y con conocimiento de causa, aflora la figura de Amparo Sánchez. Ella conoce como nadie lo que cuesta hacerse un hueco en una industria tan caprichosa como la de la música, pero en base al esfuerzo y a recorrerse el mundo de una punta a la otra, consiguió que el mestizaje se hiciese universal con su sello como punta de lanza. Pocas mujeres han defendido el feminismo como lo ha hecho ella. Lo dicho: Ellas cantan, ellas hablan.
Flamingo Tours – Guerrero
Tori Sparks – Everybody knows
Cathy Claret – Rayo
Sabina Witt – Chiquilladas pintorescas
Edurne Vega – Espiral
Sol Escobar – Disparo
Mariona Aupí – 3500 días
Marta Knight – Resurrection
Eva Fernández – Para leer en forma interrogativa
Amparanoia – Somos viento
Per Toni Castarnado, coordinador del cicle Elles canten, elles parlen
2 Comments
Es una idea genial que ens ajudeu a ampliar el nostres coneixements musicals!! D’aquesta manera podem descobrir artistes poc o totalment desconeguts fins ara per nosaltres. Moltes gracies!!
Hola Montse. Et convidem a assistir a les xerrades d’aquest cicle que comença al març. T’hi esperem